viernes, 17 de diciembre de 2010

Mañana seré feliz

 Gachet, V. Van Gogh

























Hoy todavía no, mañana seré feliz,
cuando tenga una madre para mis hijos,
no aún no,
cuando tenga hijos,
no aún no,
cuando sean mayores,
no aún no,
cuando se independicen,
no aún no,
cuando se casen,
no aún no,
cuando tenga nietos,
no aún no,
cuando descubra el tiempo perdido,
no ya no.

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Qué hago yo en el techo de este coche?


Aaiún, marzo de 1975
























¿Se puede saber qué hago yo en este recóndito lugar, rodeado de arena, encaramado al techo de este coche?
Hacía poco más de un año que este grumete comenzaba su andadura en una tierra ocupada (de ahí mi cara de preocupación). 35 años después, lo sigue, aunque por un usurpador diferente mientras el Pueblo soberano continúa en el exilio con la vana esperanza de volver algún día.
Muchos son los cómplices de este atropello, unos activamente, el resto de forma pasiva permitiendo que el Gobierno de Marruecos campe a sus anchas.
Preguntas al aire: ¿Qué catadura moral han tenido y tienen los gobiernos de España desde 1975 hasta nuestros días con respecto a este tema? ¿No deberíamos hacer algo? ¿Hemos perdido ya el sentido de la vergüenza?
Quién sabe, tal vez algún día vuelva a esta plaza, cuando de nuevo sea saharaui, a hacerme otra foto en el techo de otro coche. No perdamos la esperanza, pero sobre todo, ¡hagamos algo! Hace 35 años que los abandonamos a su suerte.

jueves, 19 de agosto de 2010

Pedraza

Muralla de piedra

















Sin duda un homenaje a la piedra es lo que hace esta bella ciudad medieval, un homenaje a la Historia que paró el reloj entre sus murallas y que volvió a conquistarme aquel día de mayo cuando paseaba por su laberinto de calles junto con la mujer que quiero, que hace de la vida algo extraordinario y que convierte lo cotidiano en especial.
Os recomiendo la visita a este lugar encantado, por supuesto en buena compañía.

Café Hafa

Cae la noche en Café Hafa

















Beatriz supo dónde llevarme aquella tarde. Nunca olvidaré la atmósfera mágica de aquel enclave, punto de unión entre pasado, presente y tal vez futuro, testigo de anhelos y nostalgias. En el horizonte, la Tierra Prometida, serena y callada, invitando a dar el salto, a perderlo todo para ganarlo todo. Mientras tanto, sólo queda apurar el vaso de té y respirar el aroma de la hierbabuena. Cae la noche en Café Hafa.